La política de comunicación del Real Madrid es un bandazo constante. El club blanco, que desde la llegada de Mourinho se ha convertido en el equipos que más denuncia los errores arbitrales que le perjudican, pide ahora que se deje tranquilos a los colegiados y que no se analice cada decisión suya con precisión milimétrica. Sin embargo, da la casualidad de que este cambio de rumbo se produce después de un partido en el que los merengues resultaron claramente beneficiados, al no ser señalado un claro penalti por unas manos de Pepe dentro del área.

Sergio Ramos, uno de los capitanes madridistas, fue el que inició un discurso al que luego se sumaron otros como Xabi Alonso. El defensa internacional andaluz aseguró que, «es una jugada muy rápida que tampoco vi por televisión. Creo que es hora de dejar al margen todo el tema arbitral». Sin embargo, acto seguido añadía: «Las cámaras están ahí y antes hubo dos penaltis que debemos ver con tranquilidad». Ni dos segundos separan una frase de la otra, lo que confirma los bandazos del Madrid, que primero pide respeto para el trabajo del colectivo arbitral, para acto seguido reclamar dos posibles penaltis que no les han sido concedidos.