Buena parte del madridismo se ha cansado de vivir en tensión. De aguantar las constantes salidas de tonos y desafíos de José Mourinho, que desde que aterrizase en el banquillo local del Santiago Bernabéu, hace casi tres años, no se ha cansado de hacer enemigos. Y no solo de puertas hacia afuera. Según su filosofía, así «rinde más», aunque sea a costa de convertirse en una persona antipática hasta para los aficionados de su equipo. No en vano, en el duelo copero ante el Alcoyano, mientras que desde el Fondo Sur, el de los aficionados más radicales, le aplaudían; otra parte importante del público le pitaba con todas sus fuerzas. Ya nadie recuerda que Mou ha sido el único que ha podido arrebatarle puntos al Barça en Liga, porque pesan demasiado las derrotas ante Getafe, Sevilla y Betis; lo único que une a estos dos grupos es alzar la décima Copa de Europa, que el luso se marcó como objetivo desde el primer momento.

Como ha demostrado en muchas ocasiones, tampoco es que al técnico le hagan mucho daño los desaires. Si acaso, todo lo contrario. Se siente cómodo con las críticas, como expuso el martes: encajó los silbidos con una sonrisa irónica dibujada en el rostro junto a su escudero Rui Faria.

Será porque tiene de morros a casi todos en el club „Toril, prensa, parte de los jugadores y de la grada, y hasta Florentino„ y no se ve a medio y largo plazo en el Madrid. Además de que en su última rueda prensa dejaba abierta la posibilidad de dejar el club, en lo que va de semana se le ha vinculado ya con dos de los ricos del fútbol europeo: PSG y Chelsea. El multimillonario jeque del conjunto parisino podría ir a la caza de Mourinho, como salto de calidad para su banquillo y también gancho a la hora de conseguir la contratación de Cristiano Ronaldo, otro de sus objetivos. En cuanto al Chelsea, el exguardameta danés Peter Schmeichel dijo el pasado lunes que de no haber ganado la pasada Liga de Campeones, su amigo Abramovich hubiera echado la casa por la ventana ya en verano para recuperarle. Ahora, destituido Di Matteo, y con Rafa Benítez con contrato solamente hasta el 30 de junio, podría reabrirse esa vía.

Mientras tanto, en la zona noble del Bernabéu, Florentino Pérez espera acontecimientos. Es consciente de que la masa social está empezando a dudar públicamente de Mourinho, sobre todo por los resultados. en Liga esté ya a 11 puntos del Barça y en Europa no brilla en exceso, ya que terminará como segundo de su grupo de Champions, por detrás del Borussia Dortmund. Eso, sumado a su procedimiento para manejar el tema de la cantera, ha provocado que la popularidad del entrenador portugués haya bajado mucho en los últimos tiempos entre la afición de Chamartín.

A corto plazo, la patata puede ser aún más caliente si el Atlético suma un buen resultado en su visita al feudo blanco. Tropezar en el derbi supondría un doble revés para los merengues: verse sorprendidos por el rival ciudadano „ahora ocho puntos por encima en la tabla„ y perder definitivamente sus opciones de defender el título de Liga.