La selección española exhibió la mejor de sus imágenes en su debut en la Copa de las Confederaciones, para derrotar 2-1 a Uruguay en un encuentro en el que debió golear y acabó con final tenso, con claves como el estilo de juego, la clase impartida por Andrés Iniesta o la figura del nueve en Soldado.

Las claves del triunfo de España fueron:

1. Exhibición de un estilo: España mostró en Brasil el estilo que le ha conducido a la gloria. Los jugadores tenían ganas de hacerlo en el país con mayor tradición futbolística que comenzó silbando la posesión y acabó ovacionando el virtuosismo. El toque por bandera, siempre con movimiento de salida de desmarque. Un 77 por ciento de posesión que anula al rival. Profundidad por bandas, desmarques y llegada. Uruguay corrió tras sombras. Siempre tarde y descolocado ante las opciones de pase. La Roja dejó una primera parte a colocar entre los grandes momentos de su historia reciente junto al duelo de semifinales de la Eurocopa 2008 ante Rusia o la final de la Eurocopa 2012 contra Italia.

2. Defensa y presión en campo contrario: la defensa de España comienza por el delantero centro. La presión fue ejemplar. Todos los balones iban a jugadores de la Roja como si fuesen imanes, el secreto era la presión asfixiante en terreno rival. Uruguay encerrada y sus peligrosos delanteros tenían muchos metros que recorrer hasta la portería rival. Su peligro se rebajaba. A sus pases siempre se anticipaba un jugador español de cara. La ausencia de Xabi Alonso hizo adelantar metros en el dibujo. Un solo mediocentro con Busquets y más jugadores por delante ocupando espacios.

3. Un nueve que se asocia: Roberto Soldado mostró las características que condujeron a Del Bosque a convocarle. Al remate que debe aportar un delantero centro en su zona de movimiento, le sumó un juego de espaldas siempre acertado con una capacidad brillante para asociarse con sus compañeros. Lanzó paredes al primer toque y no desentonó en el alto nivel de calidad que exhiben sus compañeros de segunda línea. Además cumplió con su misión al marcar un tanto. En el regreso a la figura de un nueve puro y el descarte inicial de la figura de 'falso nueve', Soldado se adelantó a Torres.

4. Iniesta pone Brasil a sus pies: su partido fue para grabar en vídeo y poner cada una de sus acciones en todas las escuelas futbolísticas de España. El pequeño Andrés puso el estadio a sus pies desde el primer balón que tocó. Dio un recital de buen fútbol, controles, pases, visión de juego, amagos y regates que por momentos parecía que bailaba con el balón pegado al pie dejando atrás a rivales. La dureza no le frenó. Fue el líder de un equipo en el que todos brillaron en sus funciones.

5. Casillas el elegido: por primera vez en la 'era Del Bosque' las circunstancias que rodeaban al capitán le hicieron dudar de su presencia en el once titular. El debate que ya hace un año existió para la Eurocopa con Víctor Valdés cobró más fuerza por los cinco meses sin jugar de Iker pero a Del Bosque no le tembló el pulso para alinear a su portero de confianza. Con los nervios del debutante, como confesó el portero, saltó Casillas ante Uruguay en un partido que no le exigió. Dos tiros a puerta y un gol en una falta perfecta de Luis Suárez ante la que nada pudo hacer. El seleccionador dejó claro quién es el titular pero por su cabeza pasa dar la oportunidad a Valdés y Reina.

6. El momento goleador de Pedro: los tantos que esta temporada le han faltado en el Barcelona no para de aportarlos en la selección. Tantos que han quitado a David Silva el cartel de intocable. Pedro hizo ante Uruguay su undécimo tanto de la temporada y está a tres de un récord marcado por Villa. Partiendo desde banda, eléctrico en los últimos metros, siempre que aparece por área rival es sinónimo de peligro. Está de dulce y son cosas que se plasman sobre el césped hasta con un disparo que rechaza en un rival para llegar a las redes.

7. Factor físico: era la gran preocupación del cuerpo técnico de la Roja, el estado en el que llegarían los jugadores tras una temporada cargada. Las sensaciones no han podido ser más positivas. Pese al alto nivel de humedad, los españoles tuvieron las piernas frescas y mostraron una marcha extra en los últimos metros para acelerar su fútbol. El bajón final fue más de concentración que físico. Con el triunfo en el bolsillo guardó fuerzas. Y Del Bosque podrá incluso alinear a otro equipo distinto ante la modesta Tahití.

8. Exceso de confianza: en la exhibición que rozó la excelencia de España hubo un único factor que corregir. Su imagen habría sido perfecta si no hubiese cometido un exceso de confianza cuando sintió que con lo mostrado y una ventaja de dos goles en el marcador ya bastaba. La Roja optó por dejar correr el tiempo, pasó a tocar con menos profundidad y provocó el despertar de Uruguay. Una acción a balón parado, la única forma de superar la firme defensa, provocó un final con emoción que debió evitarse tras la superioridad mostrada.