Este verano, Florentino Pérez pagó cerca de 30 millones por el ´Golden Boy´ de 2012. Isco Alarcón, considerado el mejor futbolista europeo menor de 21 años del pasado año, era traspasado del Málaga al Madrid ante una gran expectación. Se esperaba mucho de él y no decepcionó. Al menos, en los primeros partidos. Sin embargo, parece que ahora ya no es el que era „hace solo tres meses„.

Debutó en la primera jornada de Liga ante el Betis en el Bernabéu. Jugó los 90 minutos. Y lo hizo también frente a Granada, Athletic y Villarreal en las jornadas posteriores. Precisamente fue en El Madrigal donde el exvalencianista jugó su último partido completo con el equipo de Chamartín. Desde entonces hasta ahora el Madrid ha disputado trece partidos (nueve de Liga y cuatro de Champions) e Isco no ha completado ninguno. ¿La razón? El cambio de sistema que ha aplicado Carlo Ancelotti para intentar mejorar el cuestionado juego del conjunto blanco. Así pues, el malagueño no tiene sitio en el 4-3-3 del técnico italiano.

De poco le valen a Isco los cinco goles (uno en Liga de Campeones) con los que ilusionó al madridismo en sus primeros partidos como jugador merengue, que hasta hicieron olvidar la venta de Özil al Arsenal. Ahora se tiene que resignar con esperar en el banquillo su oportunidad. Aunque no ya en su posición habitual, sino con el nuevo rol que Ancelotti le ha asignado. Si quiere jugar en el Madrid, lo tendrá que hacer como centrocampista.

Quizá su físico haya tenido algo que ver con la reducción de los minutos de juego. O viceversa. Lo cierto es que Ancelotti reconoció recientemente que el ex del Valencia no está al cien por cien físicamente porque, entre otros motivos, el poco verano del que dispuso por la disputa del Europeo Sub-21 está pasando factura en el jugador.

No obstante, el técnico italiano está encima de él. Le pide más motivación y más sacrificio en su juego, sobre todo en el toque del balón, para ganarse un puesto en el equipo. Sin embargo, si el rendimiento de Xabi Alonso, Khedira y Modric sigue siendo el de hasta ahora, muy difícilmente el malagueño encontrará su sitio.