Los problemas para Javier Tebas van apareciendo. Acostumbrado a asumir el papel, que no le sienta bien, de ´Robin Hood´ y de perseguidor de las causas perdidas, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional se va encontrando poco a poco a la otra parte de la barrera, como acusado y es que en 48 horas, han sido dos causas las que le han situado en el ojo del huracán.

La más reciente llegó por parte de la directora del Departamento de Recaudación de la Agencia Tributaria, Soledad García López, quien interpuso una querella criminal contra Javier Tebas por un delito de injurias graves vertidas con publicidad contra el funcionario público.

El fondo de la cuestión, y las injurias a las que se refiere la directora de la Agencia Tributaria, reside en la frase que afirmó el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, quien insinuó ciertos movimientos desleales en la entidad. «La aplicación del sistema de control económico sobre los clubes redujo la deuda, pero alguien de Hacienda quiere liquidar a los clubes», aseguró Javier Tebas el pasado mes de septiembre en una entrevista.

Ante esas declaraciones, fuera de lugar e inoportunas del presidente de la Liga, Soledad García reclama en la querella «una indemnización derivada del daño moral producido» entendiendo que las manifestaciones de Javier Tebas fueron «vertidas con el ánimo de menospreciar y no pueden encontrar amparo en su supuesto derecho a la libertad de expresión», como así se puede leer en la querella.

Por su parte, le persigue otra querella por otro frente, en esta ocasión desde Xerez. Javier Tebas reconoce haber recibido la querella «el pasado lunes» y en ella se enfrenta a cargos que llegan a los 9 años de cárcel e inhabilitación por presuntos delitos de deslealtad profesional estafa y apropiación indebida, sobre los que deberá declarar el próximo 6 de noviembre.

En esta querella además se explica que pudo defender los dos cargos -abogado del club y presidente de la LFP- al mismo tiempo, algo ilegal. Con estos dos conflictos, Javier Tebas disfruta en sus carnes de la polémica, que ahora se le vuelve en contra y ya no es él el que señala, sino el señalado.