Decía Toni Seligrat hace un par de semanas, antes de afrontar la vuelta de la eliminatoria ante la UD logroñés, que prefería siempre jugarse las cosas importantes ante su público. Pues bueno, su equipo dirimirá el pase a la final del play-off de ascenso en casa el próximo fin de semana tras empatar ayer sin goles en el Pedro Escartín en un partido áspero en el que, eso sí, la mejor ocasión de gol del choque fue para Huracán.

El primer acto se inició con más voluntad local, aunque Paco tan solo tuvo que intervenir para blocar un disparo raso y centrado de Javi López al filo del cuarto de hora. Huracán se sentía cómodo y poco a poco se fue sacudiendo el tímido dominio del conjunto alcarreño hasta gozar de la ocasión más clara de la primera parte y posiblemente del partido también, en el minuto 28, en una jugada en la que José Ruiz se aprovechó de un despiste para colarse por la derecha y centrar raso un balón que le llegó franco a Javi Navarro. Este, dentro del área, con todo a favor, no acertó a rematar entre los tres palos.

Esa fue la ocasión más clara de gol, aunque la polémica llegó poco después en área de Huracán en dos jugadas acontecidas en apenas un minuto que acabaron con dos balones estrellados en las manos de jugadores rojiblancos. En la primera Amarilla interceptó con el brazo un centro cuando apoyaba su mano en el suelo y el árbitro no apreció voluntariedad, mientras que en la segunda Javi Navarro interceptó un disparo con el brazo, que tenía totalmente pegado al cuerpo. El árbitro no vio intención en ninguno de los dos lances y no los sancionó, como tampoco pitó antes un posible derribo sobre Peris en área del Guadalajara... y con el empate inicial se llegó al descanso.

En la reanudación el conjunto local parecía obligado a exponer un poco más. Paradójicamente, fue Huracán quien entró mejor en el encuentro con un disparo lejano intentando sorprender de Jesús Rubio y un voleón desviado de Peris.

Sólo el paso de los minutos y el cansancio acumulado (Tomás Ruso y Jesús Rubio acabaron con calambres) hizo que Huracán se atrincherase un poquito, aunque el único peligro real que crearon los locales fue un remate de Toledo en un mano a mano que Paco sacó, pero que previamente había sido invalidado por posición antirreglamentaria del atacante francés del Guadalajara.

En esa fase del choque dio la sensación de que ninguno quería exponer ya más de lo necesario ante la importancia que podía tener el hecho de encajar un gol, por lo que las únicas aproximaciones llegaron en un golpe franco lanzado por Aridai y un disparo lejano de Moyano que Paco blocó con comodidad.

El partido fue agonizando con alguna amarilla perdonada a los jugadores locales (en especial una muy clara a Mato) y con dos equipos sobre el césped conscientes de que este partido dura 180 minutos. Los noventa que aún restan se jugarán en casa de Huracán y cada uno manda en su casa, ya se sabe, por lo que el conjunto rojiblanco debe mandar y ganar.