El culebrón más grande de los últimos tiempos en el fútbol español está a punto de terminar. Iker Casillas jugará la temporada que viene en el OportoIker CasillasOporto y abandonará así el Real Madrid después de 16 temporadas y más de 500 partidos defendiendo la camiseta blanca. Una marcha esperada y anticipada hace varios días, pero que no deja de llamar la atención por lo importante de la figura de Casillas para un equipo como el Real Madrid. Al final, Florentino Pérez se ha salido con la suya y verá como Iker no termina su carrera en el Santiago Bernabéu, cumpliendo con años de retraso el deseo que Mourinho le metió en su día en la cabeza. Cómo si no se puede explicar la tremenda campaña mediática de desprestigio orquestada desde los despachos de la Castellana hacia un portero que, si bien en los últimos años ha experimentado un notable descenso en su rendimiento sobre el terreno de juego, es toda una leyenda tanto para los aficionados blancos como para los de la selección española.

La noticia saltaba hace unos días, cuando por boca de su representante, Casillas daba su visto bueno al interés del Oporto de Julen Lopetegui en su fichaje. El problema residía en la diferencia entre la ficha que iba a cobrar en Portugal y la que debía percibir en el Real Madrid los dos próximos años. De seguir en el Bernabéu, Casillas habría cobrado por contrato 24 millones de euros brutos, mientras que el Oporto no le podía ofrecer más de 10. En esos 14 de diferencia estaba el conflicto, y el portero pidió en un inicio que el Madrid se hiciese cargo de todo el montante, a lo que Florentino Pérez se negó en redondo. Sin embargo, el tiempo corría esta vez en favor del portero, que sabía que el club no le quería en el inminente viaje a Australia para comenzar la pretemporada.

Han pasado los días y parece que finalmente la estrategia de Casillas ha funcionado, pues el Madrid le pagará, no la totalidad, pero sí la gran mayoría de esos 14 'kilos' que iba a dejar de ganar por ceder a las presiones de Florentino Pérez y marcharse al Oporto. La negociación entre los clubes se prolongó hasta la noche de ayer en la ciudad lusa, pero el acuerdo estaba tan avanzado que una ruptura del mismo ya no se contempla.

Pese a la persecución que ha vivido Casillas desde dentro del propio Real Madrid, compañeros de vestuario como Arbeloa incluidos, el club blanco le despedirá con un homenaje por todo lo alto en el Santiago Bernabéu. Será mañana viernes, salvo cambio de planes de última hora, y en él seguro que se podrá cortar la tensión con un cuchillo, aunque es probable que ninguna de las dos partes „Florentino y Casillas„ cargue las tintas contra la otra. Para eso ya utilizarán a sus medios de comunicación de confianza.