El barrio de favelas más grande de toda Venezuela, con más de 800.000 habitantes censados, tiene en marcha un proyecto futbolístico solidario asentado en el sector conocido con el nombre de Catia. La entidad se llama Catia Fútbol Club y durante los últimos días un equipo sub'17 del club ha estado de gira por tierras valencianas proporcionando a los 22 chavales que se han desplazado una experiencia única.

Las cabezas visibles de este proyecto, antiguamente bajo la denominación de Santa Cruz, se podrían decir que son en la actualidad el empresario Carlos Costa como presidente, el técnico Ceferino Bencomo como gerente general y director deportivo „es también seleccionador sub´17 de su país„, y Pepe Sánchez, una figura simbólica enrolada en el proyecto desde sus orígenes.

Su objetivo es localizar el talento futbolístico de los jóvenes chicos de la zona para evitar así la degradación social (drogadicción, alcoholismo, delincuencia etc...) que implica el crecimiento en las favelas de Caracas. De hecho, ya han adquirido una partida de terreno a apenas unos kilómetros de distancia de la barriada en la que se ha empezado a construir el Complejo Deportivo Henrry 'Camán' Álvarez, en memoria de quien fuese la persona más significativa en el nacimiento del proyecto, ya fallecida. Ese proyecto es una ciudad deportiva con residencia para los chicos y hasta cinco canchas de fútbol entre otras instalaciones.

Para quien pueda ver en el proyecto cualquier interés económico, los propios responsables lo explican sin tapujos: "Nuestros chicos, los que más talento tengan, saldrán de allí y vendrán a Europa, pero de cualquier transferencia que se haga ya están repartidos los beneficios. El 50% irá a la mamá o familia del chico para que tengan recursos suficientes en el caso de que el chaval no progrese y el 50% restante servirá para ir sufragando parte del gasto de construcción del Complejo Deportivo".

Han estado una semana hospedados en un hotel de Bétera realizando sesiones diarias en las instalaciones de Crack's e incluso disputando partidillos de entrenamiento contra equipos locales de la zona, una experiencia destinada básicamente a evitar la deserción de los chavales del proyecto: "Era increíble ver sus caras cuando se tramitaron el pasaporte y se subieron por primera vez a un avión. Creemos que los chicos que han estado aquí no olvidarán esta experiencia y eso les ayudará a seguir siempre ligados al deporte".