Huracán Valencia cambia de manos. La crisis económica que atraviesa el club rojiblanco ha obligado a la actual directiva, presidida por Toni Hernández, a buscar una alternativa que afronte con garantías los actuales problemas de liquidación que atraviesa el club, y que han provocado retrasos en los pagos a los futbolistas. Esa alternativa se concretará esta noche, con la firma del acuerdo para el traspaso de poderes a un grupo inversor valenciano. Este grupo está liderado por Tomás García y Carlos Sanchis, que mañana martes se presentarán a la plantilla rojiblanca y al técnico del primer equipo Toni Seligrat.

Precisamente, el entrenador valenciano ha sido quien ha precipitado los hechos, pues las negociaciones para el traspaso se llevan produciendo desde hace tiempo. Y es que, pese a la crucial victoria frente a la Pobla de Mafumet el pasado domingo, Seligrat presentó su dimisión nada más llegar a València desde tierras catalanas. Una decisión tomada exclusivamente por los problemas económicos que atraviesa el club, y que se encontró con la frontal oposición tanto de sus futbolistas como de los hasta ahora dirigentes rojiblancos. Precisamente, los jugadores fueron los que consiguieron frenar la dimisión de Seligrat, emplazándole a que esperara unos días más para ver cómo se desarrollaban las negociaciones con el grupo inversor valenciano que desde esta noche tomará el control de la entidad rojiblanca.

El acuerdo alcanzado garantiza que el club seguirá en Torrent, donde ha encontrado una buena base social para construir un club con buenos cimientos. Además, asegura la continuidad de los actuales trabajadores de la entidad. Toni Hernández, de momento, permanecerá en el club para supervisar la transición hacia una nueva directiva y un nuevo presidente; y es que sus relaciones con el nuevo grupo inversor son buenas pues ha sido él quien ha liderado las negociaciones.

El cambio en la dirección de Huracán no supondrá un giro de 180 grados en su política deportiva e institucional, ni mucho menos. De hecho, la intención de los nuevos dueños es la de potenciar los equipos de la escuela para ser un referente en la formación de futbolistas en la Comunitat, que además puedan llegar al primer equipo y competir con máximas garantías en Segunda División B. Uno de los primeros pasos para lograr este objetivo de fortalecer la cantera será recuperar los equipos de fútbol ocho, que sí existían cuando el club estaba afincado en Manises, pero que se perdieron con el traslado a la localidad de Torrent.

En definitiva, un cambio de rumbo en un equipo que desde su creación ha estado entre los mejores de la categoría de bronce, que se quedó muy cerca de ascender a la Liga Adelante en dos ocasiones, pero al que la crisis económica le ha acabado pasando factura, obligando a sus actuales gestores a dar un paso atrás en beneficio del club.