Es indudable que la línea defensiva del Barcelona ha sido objeto de duras críticas por el gran número de goles encajados en estos escasos dos meses de competición. De los diez primeros, solamente el vecino Espanyol ha recibido más tantos. En público, Luis Enrique siempre ha salido en defensa de sus jugadores y ha trasladado cualquier tipo de presión al colectivo. Pero a nivel interno sí ha habido diversos toques de atención, sobre todo a Jeremy Mathieu tras los graves errores que cometió en el Pizjuán y tuvieron incidencia en la derrota final.

El cuerpo técnico considera que no solamente no estuvo acertado en las acciones puntuales de los goles de Gameiro e Iborra sino que además mostró lagunas de concentración impropias de un futbolistas de su nivel. Lejos queda aquel Mathieu que la temporada pasada marcó dos goles determinantes en poco tiempo en el Barcelona-Madrid y en la visita a Vigo. Luis Enrique ha querido tomar cartas en el asunto y le ha dado un ultimátum. «O espabilas o...», le habría dicho el preparador asturiano, según ha contado el diario Sport.

Paso al frente por obligación

No es la primera ocasión que los técnicos consideran que el rendimiento del futbolista es excesivamente irregular y que en ocasiones puntuales se desconecta con excesiva facilidad. Ya en la recta final de la pasada temporada, la dirección deportiva barajó la posibilidad de ponerlo en el mercado. Sin embargo, el alto traspaso abonado al Valencia y la larga duración de contrato hizo recomendable su continuidad a la espera de elevar sus prestaciones hasta amortizar buena parte de la fuerte inversión económica llevada a cabo. Junto al estirón de orejas del técnico, un integrante de su ´staff´ mantuvo una charla privada con el exblanquinegro para transmitirle que su rendimiento no está siendo acorde a lo que de él se espera.

A Mathieu no le queda otra que dar un paso al frente en un momento en el que la plantilla se sujeta con alfileres por las lesiones y el castigo de la FIFA. De lo contrario, el Barcelona se replantearía su futuro al final de la presente temporada. Nadie da por sentenciado al francés, pero sí se entiende que la paciencia de Luis Enrique y su cuerpo técnico ha llegado a su final. El ultimátum ahí está y ahora únicamente falta por comprobar el efecto de este nuevo aviso de los técnicos porque lo sucedido frente al Sevilla ha escocido mucho y no puede volver a repetirse.

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