A solo 90 minutos de «cerrar el círculo» como futbolista, Marcos Senna todavía sueña con nuevas conquistas. «Siempre he querido marcar un gol después de un control de pecho y posterior chilena, y todavía no he podido. Me queda un partido», desliza a SUPER desde Nueva York, donde colgará las botas después de disputar la final de la NASL (North American Soccer League). A sus 39 años, 18 como profesional, el hispanobrasileño se muestra «muy feliz» con su carrera y los ocho títulos conquistados, incluida la Eurocopa 2008 con España, que podrían ser nueve si sus Cosmos derrotan a Ottawa FuryCosmosOttawa Fury este domingo (23:00, hora española, Movistar+).

De su «espectacular» etapa en Estados Unidos, que se ha prolongado por espacio de dos años y medio, lo único que le avergüenza es su escaso dominio del lenguaje autóctono. «Cuando vine no sabía nada de inglés, y ahora casi nada. En el equipo son casi todo hispanos y, la verdad, no me he esforzado mucho», explica el mediocentro, con su inherente sonrisa dibujada en el rostro. «He estado tan a gusto que no me hubiera ido a otro sitio, ni siquiera a otra ciudad para jugar la Major Soccer League. La NASL tiene algo menos de nivel y repercusión, pero yo quería jugar en Nueva York y este club me han hecho sentir en casa». Tanto como para haber pospuesto su retirada el pasado mes de julio, cuando acababa su contrato, a petición de los dirigentes del Cosmos y el propio Raúl GonzálezRaúl González.

«Llega la hora de disfrutar más de la familia y de volver a España. Me espera una nueva etapa y quiero hacer un buen trabajo», afirma Marcos. Lo que no dice es que su nuevo desempeño será también de altura, junto a otros exjugadores de talla mundial como Morientes, Albelda, Roberto Carlos, Kluivert, Figo, Kanouté o Mendieta: embajador de La Liga. Se estrenará el próximo día 27, junto a Puyol, en la gala de la entrega de los premios de la pasada temporada de la LFP.

«Siempre positivo, por naturaleza», ni con sus dos graves lesiones de rodilla, en sus inicios en Vila-real, pensó en bajar los brazos. «Tenía muchas ganas de triunfar en Europa y creo que lo he logrado. Quería jugar un Mundial, y lo hice. Ni me planteaba estar en una Eurocopa, y no solo estuve sino que la gané. Gané ligas en Brasil con Corinthians y fui finalista de la Copa Libertadores con Sao Caetano», relata el hispanobrasileño, quien defiende que no se puede quejar. Si acaso, le hubiera gustado levantar algún trofeo con el Villarreal. «Me hubiera encantado ganar allí algún título, aunque haber vivido el crecimiento desde mi llegada en 2002, hasta que me fui, en 2013, ya es todo un éxito. Además, jugamos una semifinal de Champions y fuimos subcampeones de Liga, aunque de lo que estoy más orgulloso es de haber devuelto al equipo en Primera antes de irme».

Su amor por el Submarino incluso le hizo renunciar al Manchester United en 2006. «Ferguson me quería, y estaba todo acordado conmigo y con el club. El caso es que me pidieron una semana más, porque legalmente debían firmar antes a un inglés, y en ese tiempo cambié de opinión». «No me arrepiento. Acerté», dice.