Florentino Pérez ha convocado esta tarde a los medios de comunicación a las 19:30 horas en el Santiago Bernabéu. Pese a los síntomas evidentes de falta de apoyo en la plantilla y la afición, Florentino mostrará públicamente su apoyo a Rafa Benítez tras la Junta Directiva previa a su comparecencia pública e incluso le exigirá que tome medidas drásticas si cree necesario para revertir la situación después de la humillación del pasado sábado ante el eterno rival. Hubo conversaciones el mismo sábado por la noche todavía en las entrañas de Chamartín y llamadas de teléfono el domingo entre Florentino y sus hombres de confianza en el club, todos de acuerdo en descartar decisiones drásticas. Un despido fulminante a estas alturas de la temporada no es, creen, garantía de éxito.

La apuesta de Florentino Pérez por un técnico del perfil de Benítez nunca tuvo unanimidad en el madridismo. La había conseguido Carlo Ancelotti y el tiempo muestra que las razones de su despido se repiten con cualquier técnico. Temía el máximo mandatario que el desgaste del entrenador italiano, que acumulaba una temporada en blanco, llevase al Bernabéu a rebelarse contra él ante la buena prensa que había tenido ´Carletto´. Necesitaba, por tanto, un nuevo escudo que le pudiese proteger de las iras de los exigente aficionados. Hace pocas fechas, ´Floren´, que no decide el técnico por sus características deportivas, señaló a Benítez como «el mejor entrenador» que ha tenido en sus dos etapas en la presidencia. Su crédito no se agota en menos de cinco meses, según la versión oficial, aunque su alineación política le ha dejado débil. Si siguieran los malos resultados y los cánticos hacia el palco, el señalado presidente blanco podría plantearse la opción de convocar elecciones.

La coartada utilizada reiteradamente por Benítez han sido las lesiones. Es cierto que han afectado a jugadores muy importantes en la columna vertebral, pero ante el Barcelona cayó teniendo a todos recuperados. La progresión del Madrid es negativa y lo ocurrido ante el archienemigo no fue un accidente, sino un hecho que confirma una mala dinámica. No hay continuidad por una apuesta. Igual que el Barça presume de cantera y en el Santiago Bernabéu dio una exhibición, Benítez tiró de jugadores formados en su factoría cuando llegaron los problemas físicos, sacó pecho en rueda de prensa, pero a la hora de la verdad, su equipo jugó sin un solo canterano y los descartes fueron Nacho Fernández, Álvaro Arbeloa y Lucas Vázquez. Después de agarrarse dos meses a Casemiro para justificar el equilibrio de su equipo, lo borró de la alineación. Él e Isco se sienten señalados. Su rendimiento no les ha avalado y en el caso del español, con el agravante de haberse entrenado una semana al máximo sin recibir premio. Salió al césped herido en su orgullo y terminó recibiendo una cartulina roja fruto de su frustración.

Superado el tramo del PSG, Sevilla y Barça, con muy deficiente, el calendario le da una tregua a Benítez. Al Madrid le esperan ahora Eibar, Getafe, Villarreal, Rayo y Real Sociedad antes de final de 2015. Con la clasificación en la Champions cerrada y una eliminatoria de Copa que en principio debería ser de trámite ante el Cádiz, lo más normal es que el Real Madrid vuelva a ganar y lo haga cómodamente. La pregunta es saber cuál será el rendimiento cuando vuelvan los partidos competitivos y si Florentino Pérez pensará dar un bandazo para evitar los pitos al palco. En el horizonte aparece Zinedine Zidane, un entrenador con perfil político, seguramente del corte de Ancelotti.

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