La situación en Huracán continúa siendo caótica y cada semana que pasa parece peor que la anterior. En esta ocasión, es el primer Juvenil rojiblanco, el que milita en la División de Honor, máxima catogería nacional, el que ha sufrido un terremoto. Y es que apenas siete jornadas después de asumir el cargo de entrenador tras la marcha de Raúl Garrido al primer equipo, José Embela ha presentado su dimisión irrevocable y ya no es el técnico del juvenil. Hoy ha sido el primer entrenamiento que ya no ha dirigido y está todavía pendiente de terminar de cobrar lo pactado con el club rojiblanco.

La marcha de Embela es una pésima noticia más para un Juvenil que ha pasado del cielo al infierno en apenas unas semanas. De tutear a los Valencia, Villarreal y Levante, Huracán ha pasado ahora a estar más cerca del descenso que de la parte alta y encadena cinco derrotas consecutivas. Esta mala racha, sin embargo, no se debe al cambio en el banquillo producido en la jornada 7, sino a la desbandada de futbolistas desde ese momento y a las pésimas condiciones de trabajo en las que se han visto obligados a trabajar Embela y su cuerpo técnico.

En total, diez futbolistas han abandonado el equipo ante la incertidumbre institucional, mientras que los que se han quedado han visto cómo, por ejemplo, no tenían forma de desplazarse al nuevo campo, el Mundial 82 de Catarroja, ya que el club no les ofrecía ni transporte ni una compensación económica para buscar ellos mismos alguna alternativa. En el último entrenamiento de Embela, el pasado miércoles, solo había 12 jugadores, ninguno de ellos portero y apenas disponían de siete balones, algunos de ellos facilitados por el propio Catarroja y no por Huracán.

De momento, el nuevo director deportivo Pedro Quesada y los actuales gestores negocian con Pablo Jiménez, exentrenador de Cheste, Alginet o Massamagrell en Preferente, para que asuma el banquillo de aquí a final de temporada, aunque todavía no se ha anunciado de manera oficial su llegada.

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