El Oporto no ha aguantado más la presión de sus aficionados y a última hora del día de ayer decidió destituir a Julen Lopetegui como entrenador del primer equipo. El técnico español estaba cuestionado desde hacía mucho tiempo, sobre todo después de caer eliminado de la Champions League a manos del Chelsea, y el último empate en casa contra un modesto como el Río Ave ha sido el desencadenante de su destitución.

Ya su puesto estaba en el aire tras caer con el Sporting y perder el liderato hace un par de semanas, pero el último mal resultado, y sobre todo la gran pitada de la grada de O’Dragao, precipitaron su salida en el día de ayer. Un momento delicado por tanto para Iker Casillas, que se libró de la destitución de Benítez y el ridículo del Madrid, pero que también tiene lo suyo.

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