No sólo no pudo lograr el astro luso su cuarto balón de oro con el que hubiera alcanzado a Leo Messi, quien obtuvo con ello el quinto de su carrera, sino que además Cristiano tuvo que ver cómo algún vándalo la tomaba con su majestuosa estatua en su Madeira natal.

Al monumento de CR le apareció, pintura mediante, una improvisada camiseta de Messi con el 10 a la espalda en la noche de premios al mejor jugador del año. Si bien es cierto que los servicios de limpieza de Funchal no tardaron en recuperar su estado original, la instantánea del acto vandálico ha recorrido las redes como la pólvora.