Continúa la polémica por la actuación arbitral del colegiado Vázquez Old en el encuentro que este pasado fin de semana enfrentó al Silla y al Vilamarxant en el grupo II de la Regional Preferente. El partido, según el acta oficial, terminó con un resultado de empate a dos goles, pero según el Silla, este debió finalizar con victoria local por 3-0 debido a que el equipo visitante sufrió hasta siete expulsiones, y al menos cinco de ellas (siempre según la versión local) fueron antes del pitido final del árbitro, lo que atendiendo al reglamento obliga a la suspensión del choque. El Vilamarxant admite las expulsiones, pero defiende que las tres últimas se produjeron una vez el colegiado había decretado el final del partido, por lo que no contempla un cambio en el resultado.

En el minuto 92 se produjo la jugada que desencadenó toda la polémica. Héctor Micó, del Vilamarxant, fue objeto de una falta y en su protesta al árbitro por no sacar tarjeta al futbolista del Silla habría visto la segunda amarilla y habría sido expulsado, aunque en el acta se omite esa expulsión, por lo que se da como válido el 2-2 que reflejaba el marcador en el minuto 92 de encuentro. El Vilamarxant, por su parte, reclama que ninguna de las dos últimas expulsiones reflejadas en el acta se corresponden con los futbolistas que realmente vieron la cartulina roja sobre el césped y, de hecho, tenía previsto solicitar su anulación.

El pasado lunes a primera hora de la tarde el CF Silla presentó alegaciones al acta solicitando que se revisasen las anotaciones del árbitro y se contrastasen con las del informador arbitral. La intención del conjunto local es que quede demostrado que el jugador visitante con el dorsal 6, Héctor Micó, fue expulsado durante el partido. Esa expulsión, de forma indirecta, conllevaría que el Silla ganaría el partido. El presidente del club, Ricardo Peris, lo tiene claro: «No queremos ganar en los despachos lo que no hemos podido ganar en el campo. Lo único que queremos es que se aplique el reglamento, nada más. Si hay voluntad por parte del comité de investigar, estamos convencidos de que se investigará lo sucedido porque hay suficientes datos, pruebas y hechos que así lo justifican. Sólo así se podrá evitar que las actas sean un ´arma´ con la que una persona pueda decidir el desenlace de los partidos». El mandatario argumenta que reclaman como «acto de responsabilidad» ante su afición, su plantilla y su cuerpo técnico, puesto que esos dos puntos «tan irregulares» a su modo de ver pueden privarles de alcanzar objetivos deportivos a final de temporada: «Si no lo hiciese estaría faltando a mi deber como presidente del club».

Paralelamente en Vilamarxant también aseguraban a SUPER a través de su presidente, David Vicente, que habían presentado alegaciones „un término que desde FFCV no fue confirmado„, aunque en su caso eran ellos los que se sentían perjudicados: «A los que nos han robado ha sido a nosotros que nos dan un gol en contra que no entra y el otro llega tras un control con la mano y en fuera de juego. Después una expulsión nuestra pone el árbitro que es en una ocasión manifiesta de gol y había cuatro futbolistas más... fuera del área. ¡Ya está bien hombre!, que teníamos el partido ganado...».

La situación queda pendiente ahora de la decisión del comité que puede fallar o abrir un plazo de investigación.