Primeros compases de partido. Ataca el Godella. Recupera la pelota el Ribarroja en línea de tres cuartos. La mencionada recuperación es de Solves y se convierte casi involuntariamente en un control orientado. Antes incluso de pisar el círculo central, en campo propio, el futbolista suelta un zapatazo desde 65 metros de distancia que sorprende a Rubén y a la postre significa un triunfo vital para su equipo (1-0).

El propio Solves narra la jugada para SUPER: «Se me pasó por la cabeza pegarle porque lo vi adelantado al portero, pero la verdad es que dudé de si iba a llegar a la portería porque estaba muy lejos...».

No está demasiado acostumbrado este estiloso centrocampista natural de Riba-roja a coquetear con el gol -en toda la presente campaña este ha sido su tercer tanto- y quizás por ello este «seguramente» es el mejor gol que ha marcado desde que juega en categoría amateur.

Con 27 años, Solves ya ha jugado en Tercera División con el Ribarroja, anteriormente lo hizo en Preferente con el Cheste y durante su etapa de formación militó en Cracks. Tras el descenso de la pasada campaña, este año el equipo también está sufriendo más de lo previsto: «Nosotros ahora lo que tenemos que hacer es seguir sumando para no tener que jugárnoslo todo al final. Al equipo, que es nuevo en un gran porcentaje, le ha costado cogerse. Le ha costado muchísimo, aunque ahora parece que la cosa empieza a funcionar».

Teniendo en cuenta que el balón tardó 3,80 segundos en llegar desde su bota al fondo de las redes y que la distancia era de 65 metros, la velocidad del chut fue superior a los 61 kilómetros por hora.

Analizando la acción con detenimiento el golpeo es de mucho nivel... más aún teniendo en cuenta que le pegó casi, casi desde el castillo de Riba-roja...