La aventura portuguesa de Iker Casillas está resultando mucho menos placentera de lo previsibleIker Casillas, al menos en este primer año. Eliminado ya de competiciones europeas (primero de la Liga de Campeones y después de la Europa League), su equipo, el todopoderoso Oporto, dijo adiós el domingo a sus aspiraciones al título de liga después de una sorprendente derrota en O Dragao frente al Tondela. El colista, ya desahuciado, venció por la mínima y dejó al equipo del internacional español a nueve puntos del liderato, que ostenta su histórico rival, el Benfica, a falta de 18 por disputar.
Un solitario gol de Luis Alberto decantó el citado encuentro, en el que la afición local mostró su malestar con la actuación de Casillas. Este fue silbado después de la acción que había supuesto el 0-1, un disparo de larga distancia que no pudo despejar. No es la primera que se cuestiona el rendimiento de Iker en tierras lusas en los últimos meses, aunque hasta ahora no había sido increpado en su propio estadio; es el meta blanquiazul que más goles ha encajado a estas alturas del campeonato en la última década.
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El Oporto, tercero con 61 puntos, a siete del Sporting de Lisboa, parece abocado a disputar la previa de la próxima Liga de Campeones. Solo la presencia en la final de la Copa, en la que se enfrentará al Braga, alivia el mal trago por el que está pasando la entidad y el propio Casillas en su primera experiencia lejos del Madrid.
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