Felipe Melo, jugador del Inter de Milán y clave en la llegada del valencianista Diego Alves a España, concedió una entrevista a la televisión italiana Sky Sport, en la que aseguró que "si no hubiera sido futbolista, habría sido un asesino". Según el brasileño, "vivía en una de las favelas más peligrosas y allí había drogas y armas. Dejé aquella vida para perseguir mi sueño. A veces iba al entrenamiento y a la vuelta alguno de mis amigos había muerto. Tenía que decir sí al fútbol o a una mala vida. Y le dije que sí al fútbol y a una vida diferente". Melo, además, aseguró que durante su época en el Gremio de Porto Alegre "me gastaba siempre todo el sueldo y llevaba una vida extraña y recordó sus inicios: "Cuando me fichó el Flamengo fue difícil, porque al principio tenía que tomar un autobús que tardaba dos horas en llevarme al campo. Además, tenía que pagarme el transporte. Mi padre, que a menudo hacía doble jornada de trabajo, dejó su empleo y empezó a llevarme a los entrenamientos. A veces le daba un poco de mi desayuno".