Un futbolista del Almoradí, cuyas iniciales son K. G., fue el protagonista de una nueva agresión a un colegiado, en este caso el pasado sábado. El jugador le propinó un cabezazo en la cara al árbitro del choque ante el Villajoyosa, Iñaki Elizondo Portellano, tras ver como este le mostraba la segunda amarilla, supuestamente por perder tiempo. El duelo correspondía al grupo IV de Regional Preferente Valenciana; a finales de 2015, en un Vinaròs-Puçol, del grupo I, había sido agredido un asistente.

"El gilipollas éste me ha hecho salirme y no puedo moverme", le dijo desde el suelo el jugador al miembro del cuerpo técnico de su equipo que le estaba atendiendo, relataba este martes el Diario Información, justo antes de actuar de manera descontrolada. A consecuencia del citado comentario, el colegiado le mostró la segunda amarilla y fue cuando Granados se levantó y cometió la agresión. El futbolista, con el que el mencionado medio se puso en contacto, cree que el árbitro tendría que haber verificado primero si esta realmente lesionado.

[Esta es la espectacular sanción por la agresión]

[Esta es la espectacular sanción por la agresión]

Morales Lorente, que recibió el golpe justo cuando tenía la tarjeta roja en la mano y en alto mostrándosela al futbolista, fue desplazado varios metros hacia atrás por el golpe pero no llegó a caer al suelo. El incidente no fue a más ya que el jugador se giró y se retiró del césped mientras algún miembro del equipo local le recriminaba la actitud.