El nombre y apellido de Claudio Ranieri no se olvidará nunca en Inglaterra. Ni en el mundo del fútbol. El Brian Clough del siglo XXI ya tiene la Premier League en sus manos a los 64 años. El Chelsea-Tottenham mantuvo a toda Inglaterra en vilo hasta el último segundo y Stamford Bridge, que no se jugaba nada, celebró el empate casi tanto como la afición del Leicester, que rápidamente salió a las calles para festejar un hecho histórico. Mientras, los jugadores saltaban en casa del delantero estrella del equipo, Jamie Vardy, justo en el instante en el que Mark Clatenburg señalaba el final en el partido de Londres.

La dimensión de lo logrado por Ranieri y su ejército es enorme. Más aún teniendo en cuenta que todavía restan dos jornadas para el final de un campeonato que merecieron de principio a fin. En un año en el que Manchester City, United, Arsenal y Chelsea no estuvieron a la altura, el Tottenham de Pochettino fue el único que aguantó el pulso, pero el sueño se terminó haciendo realidad a las 10 de la noche hora británica.

La jornada comenzó con los jugadores del Leicester llegando a casa de Vardy. Desde allí vieron como primero Harry Kane y después Son ponían el 0-2 en Stamford Bridge y el sueño de los Foxes parecía que tenía que esperar. En la segunda parte un cambio de Hiddink dio pie a la revolución. Hazard entró al campo y de fondo sonaban las palabras que dijo hace escasamente unos días. «Nadie en el Chelsea quiere que el Tottenham gane la Liga», aseguró el belga. Dicho y hecho. En su mejor partido esta temporada, el futbolista blue vio cómo Cahill marcaba el 1-2 y con una jugada majestuosa dibujó el 2-2 que daba la Premier League al Leicesiter de Claudio Ranieri.

Schmeichel, Simpson, Morgan, Huth, Fuchs, Drinkwater, Kanté, Albrighton, Mahrez, Okazaki y Vardy. El once del Leicester se recita casi de memoria. Son los héroes de un club con 133 años de historia y su general, Ranieri, se llevará 6 millones de euros de prima por haberles dado el primer título. El italiano les enseñó a creer. En la primera charla les dejó el mensaje claro. «Quiero que jueguen para sus compañeros de equipo. No me importa el nombre del rival». Esa era la idea. Después, el grupo funcionaba pero recibía goles y les prometió que cada vez que la portería se quedara a cero él invitaba a pizzas. El resto es historia. En 19 de 36 partidos Schmeichel fue imbatido.

Ranieri es el espejo de esta plantilla. Él también sumó su primera liga. A los 64 años. Lo hizo a su manera. Perdiéndose el partido que les podía dar el título porque quería ir a Italia a comer con su madre. El técnico finalmente completó el sueño y en Leicester ya tienen héroe.

La orgía que cambió el rumbo del Leicester

El verano pasado, con la gira del Leicester en junio por Tailandia, varios jugadores del conjunto británico se grabaron manteniendo relaciones con ellas y hablándoles en un lenguaje vulgar. Eso generó el caos en Inglaterra y en especial en el entorno del club que dirigía Nigel Pearson, el entrenador de la plantilla y el padre de uno de los futbolistas implicados, James Pearson.

La entidad decidió despedir inmediatamente a los tres jugadores mediante un comunicado y Nigel Pearson abandonó la entidad. Fue entonces cuando llegó Claudio Ranieri, el técnico que inició el rumbo de un equipo que comenzó a sentirse grande con el paso de las jornadas y el resto es historia. Levantaron el título de campeones de la Premier.