La Fiscalía reiteró su petición de once meses de cárcel por delito contra la seguridad del tráfico para el delantero de la Unión Deportiva Las Palmas, por haberse negado este supuestamente a someterse a un control de alcoholemia el pasado 26 de septiembre. Ayer, durante la celebración del juicio, Sergio Ezequiel Araujo, alegó que fue engañado por la patrulla de la Guardia Civil que le exigió pasar un mencionado test.

La vista, de algo más de dos horas de duración, contó con los testimonios del argentino, su padre, un amigo y cuatro agentes de la Benemérita. Todos ellos abordaron lo sucedido cuando Araujo estaba detenido con su coche en un carril de incorporación a la autovía GC-1, en el municipio de Ingenio, a primera hora de la mañana del mencionado día.

El punta sostiene que fue víctima de una encerrona por parte de los agentes. Según su versión, estos le convencieron para que moviera el vehículo (un BMW de su propiedad) hasta una zona donde no interfiriera con el tráfico, ya que se habían detenido a un costado porque su amigo, que conducía, se encontraba indispuesto. Araujo sostiene que él estaba sentado en el asiento del copiloto y que contó a los agentes de Tráfico que había bebido alcohol, pese a lo cual, estos supuestamente le animaron a que moviera el coche para luego hacerle pasar el control de alcoholemia.

El jugador admitió haber llamado "mentirosos" a los guardias civiles porque se había sentido "engañado", pero negó que los hubiera insultado en los términos que recoge el atestado. "No soplo, yo no conducía. Son unos conos. No sirven para nada, en vez de ayudarnos nos joden. Cabrones. No sé para qué escribís tanto. Yo no me voy a presentar, lo hará mi padre con mi abogado y mi presidente lo solucionará todo", relata dicho parte.

Araujo finalmente accedió a pasar una prueba con un etilómetro no homologado -el que llevaba la patrulla motorizada-, y dio una tasa de 0,76 (por encima de la permitida), pero no llegó a someterse a la segunda prueba, con el etilómetro homologado que trajeron dos nuevos agentes, requeridos por los primeros ante la actitud del jugador. En su declaración, el futbolista aseguró que no fue informado de que con su negativa a someterse al control incurría en un delito, como estipula el artículo 383 del Código Penal.

La versión de los agentes en el juicio fue totalmente opuesta. El primero de ellos sostuvo que solo hablo con el amigo del jugador, y que fue Araujo quien, por voluntad propia, se puso al volante y circuló durante unos 20 metros. El segundo Guardia Civil relató que le pareció extraña la maniobra porque circuló muy lentamente, con un pequeño zig-zag, y no se incorporó a la rotonda cuando podía hacerlo con normalidad.