El Leicester de Ranieri coronó la Premier en mayo y la Champions era otro de los premios que tenía el conjunto comandado por el técnico italiano. Este miércoles la afición inglesa desplazada a Portugal disfrutará, a pesar de su mala temporada en el torneo doméstico, del último partido de competición europea en un 2016 que pasará a la historia para los seguidores de los ´Foxes´. El contexto sin embargo es diametralmente distinto para Nuno Espírito Santo. El portugués vive un momento crítico a los mandos de la nave lusa tras un noviembre trágico en el que quedó eliminado en dieciseisavos de Copa y en el que el Benfica se escapaba en la Liga Sagres. Ahora, ante su público, el extécnico valencianista pone en juego su futuro, después de llegar el pasado verano a Do Dragao con la misión de cambiar la dinámica del conjunto del norte de Portugal. Curiosamente será otro viejo conocido de la grada de Mestalla el que se convierta en juez „Ranieri„ mientras Pinto da Costa, presidente del Oporto, prepara el finiquito en caso de una derrota catastrófica que enviaría a los de Nuno directos a la Europa League.

Nuno, que llegó el pasado verano a Portugal, ha sumado unos números históricos para el conjunto luso, aunque en el sentido negativo. Apenas superado el primer tercio de temporada ya está eliminado de la Copa de Portugal y hoy se juega la clasificación para la siguiente fase de Champions. Además, acumulaba, hasta la derrota del Benfica el pasado fin de semana, la mayor desventaja sobre el líder de la liga desde que Pinto da Costa asumiese la presidencia del club en 1982, a pesar de encadenar doce partidos sin caer derrotado. De esta manera, la realidad contrasta con los propósitos con los que fue contratado el entrenador exvalencianista, quien tenía como máximo objetivo acabar con la sequía de tres años sin títulos del Oporto.

Una de los grandes problemas de Lopetegui el curso pasado fue su eliminación en Champions en fase de grupos. Aquel varapalo provocó la ruptura definitiva con Pinto da Costa y Nuno está al borde de pintar el mismo escenario. El sorteo de los grupos sin embargo fue más que benévolo para el conjunto dirigido por el exvalencianista. El Brujas, el Copenhague y el Leicester, que a pesar de haber levantado la Premier se asumía como un rival de menor calado que otros campeones de sus ligas. Sin embargo, los dos primeros partidos ya mostraron la realidad de un equipo que solo fue capaz de sacar un punto en casa ante el Copenhague y que cayó derrotado en su visita al King Power Stadium. El Brujas sin embargo dio muchas facilidades a un equipo que sacó los seis puntos posibles en el doble enfrentamiento entre ambos y que además se vio beneficiado por los resultados del Copenhague, hoy su máximo rival.

El momento del Leicester

Cinco partidos sin ganar en la Premier League y derrotas ante rivales por la permanencia como Middlesbrough, Sunderland, Watford y West Bromwich en los últimos cuatro choques. Desde el 22 de octubre el conjunto de Ranieri no tiene una alegría en Inglaterra. En aquella ocasión, los goles de Musa, Okazaki y Fuchs permitieron sumar tres puntos. Mes y medio después, solo la Champions League ha permitido tener alguna alegría a un equipo que ha encontrado en Europa un respiro a las altas expectativas que había sobre ellos. De hecho, la consecución del título pesó sobre una plantilla en la que Vardy ha perdido el olfato goleador y Mahrez no se ha erigido como el auténtico líder de un grupo que echa mucho de menos a Kante. A pesar de eso, cuando suena el himno de la Champions, los ´Foxes´ se ponen las pilas y hoy en Oporto, pueden ser jueces de un futuro despido.