Un año más la misma historia. Una temporada más el constante ´pitorreo´ sobre dónde se jugará la final de Copa del Rey. Además, con el Barcelona a un paso del título hay una cosa que es segura: el Madrid tendrá problemas en su estadio. La realidad es que en ese cachondeo nacional el mayor culpable es la RFEF. Mientras San Mamés también desaparece como una de las opciones por un concierto de Guns N´ Roses, en otros países la sede del partido que decidirá al campeón copero ya se conoce desde hace tiempo. En España sin embargo parece demasiado esfuerzo ponerse de acuerdo en elegir un estadio como escenario habitual o incluso, elegirlo por sorteo antes del inicio de la competición.

La RFEF se toma el eslogan ´Spain is different´ como filosofía de vida. ¿Por qué en Italia, Alemania, Francia e Inglaterra tienen una sede fija y en España todos los años supone un problema que cansa al aficionado? El Olímpico de Roma, el de Berín, el Stade de France y Wembley. Los aficionados de las otras grandes ligas saben dónde se jugará la final antes de que empiece. Ahora, el Barcelona y el Alavés todavía esperan para saber si será el Vicente Calderón o incluso el Camp Nou, algo que provoca el mosqueo, como es lógico, del aficionado.

Eliminatoria a partido único

Si sentarse para valorar una sede fija para la final de Copa del Rey supone un problema, es lógico pensar que modificar la competición en sí se considere una auténtica utopía. Hace tiempo que los clubes prefieren las eliminatorias a partido único por tema de calendario, de cansancio físico y sobre todo, por emoción para el aficionado. Mientras en Inglaterra los estadios se llenan en cada ronda de la FA Cup, en España las eliminatorias a doble partido han matado la ilusión de los equipos humildes. En ese sentido, el mérito del Alavés es innegable, aunque también ha colaborado en una pequeña parte la suerte, ya que solo ha tenido que enfrentarse a dos ´Primeras´ para llegar hasta la final de Copa del Rey.