El Steaua de Bucarest, campeón de Europa en 1986, intenta superar su bache de resultados con una táctica genuina. El entrenador del histórico del conjunto rumano, Laurentiu Reghecampf, y el director deportivo se beben una botella de vodka antes de cada partido como fórmula para ganar partidos. Ambos creen que esa medida fomenta la buena suerte, a raíz de un triunfo logrado tiempo atrás en Zurich, en la Europa League, en la que esta temporada ha sido rival del Villarreal en la fase de grupos.

La superstición la ha revelado Victor Piturca, ex entrenador de Steaua, quien destaca a su vez que "en un encuentro reciente, que acabó en empate, Laurentiu Reghecampf "no era capaz ni de caminar". Lo cierto es que de los últimos ocho partidos, el equipo rumano ha ganado uno, perdido tres partidos y empatado cuatro.

El dueño del club Steaua, George Becali, habría mostrado su estupefacción ante esas prácticas. En unas declaraciones que recogió The Sun, habría reconocido que "están sucedido cosas extrañas entre esos dos", en alusión a técnico y director deportivo del club.

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