Un cuarto de siglo después de la muerte de Juan Gómez, Juanito, en un accidente de tráfico, el minuto 7, simbólico en el Bernabéu por el número que portó en la camiseta del Real Madrid el jugador malagueño, sonó más fuerte que nunca durante 60 segundos emocionantes que recordaron a un mito del madridismo.

Nadie olvida en el estadio Santiago Bernabéu a aquel hombre que durante diez años defendió con pasión la camiseta blanca del Real Madrid. Aunque su imprevisible carácter le jugó malas pasadas en alguna ocasión, el club blanco y su público rindieron un sentido homenaje a Juanito en una fecha especial.

Este domingo se cumplen 25 años de aquel fatídico viaje de vuelta de Juanito a Mérida (Badajoz) después de un partido entre el Real Madrid y el Torino que fue a ver al estadio Santiago Bernabéu. Su accidente de tráfico y su fallecimiento conmocionó a todo el madridismo, que desde el 2 de abril de 1992 recuerda a su mito.

A partir de aquel día, se instauró en cada partido un homenaje para Juanito. En el minuto 7, todo el estadio corea un lema clásico desde hace 25 años: "Illa, illa, illa, Juanito maravilla". Y, en esta ocasión, sonó con más decibelios que nunca.

Para homenajear al malagueño, casi todo el estadio se empleó a fondo cuando llegó ese instante. El "illa, illa, illa, Juanito maravilla" retumbó durante unos segundos como nunca. Fue el instante más emocionante de una tarde que comenzó con una celebración icónica.

Primero, antes del inicio del choque, el fondo sur exhibió un 'tifo' con una camiseta gigante blanca en la que el número siete tenía un gran protagonismo. Encima, un mensaje claro: "No te olvidamos. 25 años Juan Gómez "Juanito".

Después, se desplegó otro mosaico en uno de los laterales del estadio Santiago Bernabéu con una foto en blanco y negro de Juanito celebrando un gol.

Esa imagen precedió a un minuto de silencio que se rompió con el silbido del árbitro. Y sólo siete minutos después, el Bernabéu recordó por penúltima vez a su ídolo. A diferencia de otras, el nombre de Juanito nunca sonó tan fuerte.

Inicios en Fuengirola

Juanito comenzó a jugar en el Fuengirola y en 1971 fichó por el Atlético de Madrid y, de ahí, pasó al Burgos para ser traspasado al Real Madrid en 1977. Con el cuadro madridista fue campeón de Liga en cuatro ocasiones (1978, 1979, 1980 y 1986) y ganó dos Copas de la UEFA, en las temporadas 1984/85 y 1985/86.

Juanito alcanzó la fama por su rapidez y capacidad de improvisación en el terreno de juego, como extremo nato primero y luego como centrocampista, pero también por ser un futbolista polémico. Su carácter causó algunos problemas al Real Madrid y a la selección española y éste comenzó a darle disgustos en 1978, cuando la UEFA le sancionó con un año de suspensión tras un incidente con un juez de línea en Zúrich.

Después, en 1987 fue castigado por cinco años por pisarle la cabeza a Lothar Matthäus en un partido contra el Bayern Múnich correspondiente a las semifinales de la Copa de Europa. También tuvo repercusión internacional el botellazo que recibió en Belgrado, en un partido de clasificación para el Mundial de Argentina´78 ante Yugoslavia.

A raíz del incidente con Matthaus y de la sanción, el Real Madrid traspasó a Juanito al Málaga en la temporada de 1987-1988.

Fue internacional por primera vez en 1976 frente a Yugoslavia. Kubala le seleccionó para jugar en el Mundial de Argentina, en 1978, y Santamaría hizo lo mismo en el Campeonato del Mundo celebrado en España en 1982.

El 28 de noviembre de 1988 Juanito compareció en el Senado ante la comisión especial de investigación sobre la violencia en espectáculos deportivos. Fue el primer jugador profesional que habló en el Senado sobre la violencia en el fútbol español.

Tras dos temporadas como jugador del Málaga, se retiró del fútbol en 1989. El 27 de junio de ese año se celebró su partido homenaje, que disputaron el Málaga y un combinado de jugadores nacionales y extranjeros que participaban en la Liga española. En este partido, Juanito se despidió de los aficionados como un verdadero matador: le cortó la coleta el torero Curro Romero.

En octubre de 1988, en su última temporada como jugador en activo, Juanito aceptó el puesto de secretario técnico del club. Durante la temporada 1989-90 recibió ofertas para entrenar al Real Valladolid y al Burgos, pero rechazó ambas para seguir ligado al Málaga.

Ya en mayo de 1990, el equipo malacitano descartó la posibilidad de que Juanito ocupara el puesto de entrenador del equipo, ya que carecía de titulación. De todas formas, en noviembre de 1990 comenzó la 33 edición del curso de entrenadores nacionales y en noviembre de 1991 fichó como preparador del Mérida, de 2a División.

Reaparición como jugador

En medio, el 21 de abril de 1991, Juanito reapareció como jugador después de dos temporadas de inactividad, en el partido de Segunda División B que enfrentó a su nuevo equipo, Los Boliches, contra el Atlético Sanluqueño.

Juanito se casó en 1974, con tan sólo 20 años, con Carmen Mira, con la que tuvo tres hijos: Juan David, Joaquín Roberto y Jennifer.

Supersticiones

A Juanito, que era muy supersticioso (no soportaba el amarillo, y quiso que los nombres de sus hijos comenzaran por 'j'', entre otras muchas manías), le leyó la mano, semanas antes de morir, una gitana, que le dijo que fallecería joven. El de Fuengirola contrató un seguro de vida a las pocas horas de oír el mal augurio, y eso pudo lograr que su familia cobrara algo de dinero tras su muerte. "Ni siquiera habíamos llegado a pagar la primera letra", recuerda Roberto Gómez, el mediano de los tres hijos que tuvo con su primera mujer, Mari Carmen Mira.

Juanito se divorció en 1986 y ese mismo año, el jugador contrajo matrimonio civil con Feyni Encimas, a la que conocía desde cinco años antes. Con su segunda esposa tuvo otro hijo, Borja.

Veinticinco años después de aquella fatídica noche, el 'volcán Juanito' sigue en erupción. El mito se hace cada vez más gigante. Sus hijos darían todo lo que tienen por disfrutar de su presencia y sentir su cariño. Seguro que desde dónde esté, Juanito vela por ellos.