Nuno Espirito Santo y Jonas Gonçalves han protagonizado una de las polémicas de la semana del Clásico en Portugal. El delantero brasileño, que salió del Valencia CF con la llegada del técnico al banquillo de Mestalla, no tardó en convertirse en el gran protagonista del choque entre Benfica y Oporto que decidía el liderato de la competición. Solo seis minutos tardó el delantero en abrir el marcador al transformar un penalti batiendo a Iker Casillas, una pena máxima provocada además por él mismo.

El técnico del Oporto dijo que la decisión de prescindir del delantero ya estaba tomada cuando llegó al Valencia, pero la realidad dista mucho de esas declaraciones del portugués. Las apuestas de Nuno eran Alcácer y Rodrigo, más la firma de un fichaje para esa posición, que finalmente fue Negredo. El brasileño, con ganas de demostrarle al actual entrenador del Oporto su potencial, anotó el 1-0 y se fue a celebrarlo a su banquillo aunque con gestos y miradas que iban dirigidas al extécnico valencianista.

El Benfica no pudo aguantar todo el choque con la renta lograda por Jonas y vio como Maxi Pereira empataba el choque al inicio del segundo periodo. El conjunto de Rui Vitoria no se vino abajo tras el 1-1 y tuvo muchas ocasiones para volver a ponerse por delante, pero el marcador no se movió, algo que mantiene al Benfica líder, con un punto de ventaja sobre el Oporto.