El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, centró los focos del Santiago Bernabéu tras su expulsión por roja directa por una dura entrada a Leo Messi. El central recriminó la cartulina al colegiado Hernández Hernández y a continuación estalló contra Gerrard Piqué.

El '4', mientras encaraba el túnel de vestuarios, mascullaba "Ahora hablas, ahora hablas", en referencia a las palabras del central azulgrana sobre un favoritismo en el estamento arbitral al Real Madrid ("en el palco del Bernabéu se mueven los hilos de este país") o del tweet de tres puntos suspensivos que puso el día de las semifinales ante el Bayern de Múnich con el polémico arbitraje de Víctor Kassai.

La 'guerra' dialéctica entre los dos grandes defensores públicos de Barça y Madrid estaba servida. En zona mixta, como era de esperar, Piqué ha entrado al trapo contestándole: "Ramos se va a arrepentir cuando llegue a casa. La roja es muy clara. Aquí están acostumbrados a unos arbitrajes muy permisivos".

El madridista, por su parte, no se amilanó: "Los aplausos no eran para el árbitro, sino para Piqué. Él defiende lo suyo, yo lo mío y cuando estemos juntos, lo nuestro". Sobre la expulsión insistió en que la tarjeta roja fue"excesiva". "No voy a hacer daño ni hay peligro. Messi lo hace bien, salta y ni lo toco". Y remató: "No me arrepiento del gesto a Piqué, y eso que me he duchado con hielo. Me arrepiento de haber dejado a mi equipo con diez".