Juan Luis Sukunza, fisio del Club Deportivo Eldense, que fue expulsado a la conclusión del duelo dominical ante el Valencia Mestalla, ha comentado a SUPER: "Lo que el colegiado pone en el acta miente completamente. A terminar el encuentro yo lo único que hago es meter a los jugadores para dentro, se forma una pequeña tangana y hay un momento en el que el colegiado me exige a mí que yo le identifique a un futbolista y yo le contesto que yo soy el fisio, que no tengo que identificar a nadie, que para eso está la policía o el delegado de campo, sin más. Lo que pone en acta es completamente incierto, quizá al no identificarle yo al futbolista pues me dice que yo también estaba expulsado, lógicamente ante tal injusticia sí le dije que me diera los motivos. Llevo mil años en el fútbol y muchos cabreos pero tengo la cabeza bien puesta como para no hacer ninguna burrada, me caliento ante tal injusticia pero nada más. Prevalecerá lo que pone en el acta y veremos el miércoles la sanción.

Lo único que pretendemos en el Eldense es terminar la temporada con dignidad, acabar compitiendo como se hizo ante el Mestalla. por favor le pido a los árbitros que piten lo que hay y que por favor no nos pisoteen más en un año tan negativo como el actual".

Por otro lado, Sukunza también habló de la temporada: "Llevo 34 años en el fútbol, entre futbolista profesional y luego como fisio y parecía que ya lo había visto todo, pero no era así. Lo de este año es difícil de creer si no lo has vivido. Esta temporada ha sido muy larga, como cinco de las normales.

El inicio de la temporada ya fue muy malo deportivamente en el arranque y por mucho que que intentó reconducir no fue posible y la cosa fue empeorando hasta que la gota que colmó en el vaso fue ya en enero cuando entró este grupo inversor italiano".

Respecto al escándalo organizado tras el 12-0 del Miniestadi, Suku aseveró: "Será un partido que no se me olvidará nunca, primero porque no fue un resultado habitual por mucho que tú seas un colista y te midas a todo un líder. No se me va a olvidar por todo lo que aconteció luego.

Cuando terminó la primera parte de Barcelona con el 8-0, estaba con una muy mala leche y todavía se me acrecentó más cuando vi a los dos entrenadores que teníamos apoyados contra la pared en el vestuario sin decir nada, y simplemente por el amor propio, por un club, por un escudo, por un pueblo que nos estaba viendo por televisión, no se podía consentir aquello y yo aunque mi faena en el equipo es otra, les di un rapapolvo porque era ridículo lo que estábamos haciendo y comenté si no teníamos sangre y un poco de orgullo. Me pasó que nada más volver al campo en la segunda parte, se me acerca el que ponía el carnet, Fran Ruiz, y me dice que yo no tenía que haber dicho nada. Después de saber todo el mundo lo que ha pasado, te das cuenta que les molestaba un poquito que la gente que estábamos fuera de todo eso, os empezáramos a dar cuenta de lo que allí estaba sucediendo.

Ver por televisión a los esposados me propicio una sensación de rabia, de tristeza, no te lo crees, han sido gente con la que has compartido vestuario y te has duchado junto a ellos aquí. Filippo, Fran, el entrenador de porteros y yo éramos los cuatro que estábamos aquí, mucha incredulidad, sorpresa por todo esto y si se demuestra que detrás de todo esto había lo que todos sospechamos, pues que lo paguen porque el fútbol es muy bonito para disfrutarlo y te da muchas sensaciones buenas como para mancharlo con todas estas mierdas.

Soy vasco, de San Sebastián, me han llamado mucho de allí y de muchos sitios, una pena que hayamos estado en boca de todos por todo esto.

Sinceramente yo no sabía lo que pasaba, luego cuando ya lo sabes y rebobinas te chocan cosas. En dos meses me prohibieron dar masajes a los futbolistas, el que estuviera en condiciones a entrenar y el que no a descansar. Un vendaje funcional tenía que aprender el futbolista a hacérselo, yo no podía.

Entre semana no podía hablar con los futbolistas, tuve un par de reuniones con Capuani que me invitó a irme un par de veces, incluso sacando de bolsillo, con la chulería italiana que tenía, los billetes, y me decía yo te pago y tú mañana no vienes pero yo decía que me diera un motivo, su motivo era que yo no podía ser amigo de los futbolistas, no podía hablar con ellos, yo tenía que dar masajes sin hablar con los jugadores y le dije que yo así el fútbol no lo entendía. El fútbol lo entiendo de compañerismo, de buen ambiente, de echarle un mano al futbolista cuando lo necesita, fútbol como familia y el me decía que el calcio italiano no era así. La segunda vez yo ya me iba pero al final se lo pensó bien y fue justo la semana antes de lo de Barcelona. Ha sido un año para escribir un libro.

Lo de Maiky y Cháfer ha sido una decepción por la relación laboral y de amistad con ellos, una decepción por las cosas no legales que hacían que han manchado el escudo del Deportivo".