El defensa madridista Sergio Ramos, expulsado el domingo ante el Barcelona por una entrada a Leo Messi en el partido de la trigésima tercera jornada liguera, ha sido castigado con un encuentro de suspensión por el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

Sergio Ramos, por tanto, se perderá únicamente la visita liguera de este miércoles del Real Madrid al Deportivo de La Coruña.

El defensa madridista, según se recoge en el acta arbitral, fue expulsado con roja directa, en el minuto 77, por "derribar a un contrario con uso de fuerza excesiva en la disputa del balón".

Ante su expulsión, el Real Madrid presentó al Comité de Competición un escrito de alegaciones, aportando una prueba videográfica, en las que mostraba su discrepancia con el colegiado al interpretar que no había existido derribo.

Competición, en su reunión de este martes, recuerda en sus fundamentos jurídicos que, a tenor del reglamento, "el árbitro es la autoridad deportiva 'única e inapelable' en el orden técnico para dirigir los partidos, por lo que no es posible revocar una decisión arbitral invocando una discrepancia en la interpretación de las Reglas del juego, cuya competencia 'única, exclusiva y definitiva' corresponde al colegiado".

"Las apreciaciones arbitrales referentes a la disciplina deportiva basadas en hechos relacionados con el juego son definitivas y se presumen ciertas, obligando a quien las impugna a hacer quebrar su interina certeza con una prueba concluyente y rotunda, que ponga de manifiesto un claro error arbitral, ya sea por la inexistencia del hecho reflejado en el acta o la patente arbitrariedad de la misma", se añade.

Asimismo, se indica que "en esta ocasión el rigor probatorio exigido para hacer quebrar la presunción de veracidad de los hechos establecidos en el acta no es suficiente a los efectos pretendidos, por cuanto del examen de las imágenes aportadas por el Real Madrid C.F. se desprende una acción compatible con la descripción de los hechos que se contiene en el acta arbitral, toda vez que el jugador Sergio Ramos García termina derribando antirreglamentariamente al adversario".

Por ello, se especifica, "no cabe acoger las alegaciones de recurrente manifestando que no se produce derribo, ya que no solo se aprecia el contacto del brazo del jugador expulsado con la pierna del adversario, sino que, a efectos dialécticos, la violenta acción resulta en sí misma susceptible de provocar indirectamente el derribo del jugador contrario, al tratar de este último evitar con su forzado salto evasivo las consecuencias lesivas que podrían haberse derivado de la violenta acometida".

Ante esto, y basándose en el artículo 123.1 del Código Disciplinario de la RFEF, Competición ha determinado imponer a Sergio Ramos una suspensión de un partido, por producirse de manera violenta con otro futbolista.

Competición, además, justifica su sanción en que "es precisamente la ausencia de un resultado dañoso o lesivo, lo que permite tipificar la acción como una mera infracción de riesgo, en lugar de incardinar los hechos en otros tipos infractores más gravemente punibles, previstos expresamente para los casos en que se produzca un indeseable daño o lesión".

Además del partido de suspensión, se ha multado a Sergio Ramos con 600 euros, y con 350 al Real Madrid.