El Tribunal Supremo, según adelanta la SER, ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Barcelona que condenó a Leo Messi y a su padre a 21 meses de cárcel por tres delitos de fraude fiscal en los ejercicios de los años 2007, 2008 y 2009 en los que dejó de ingresar más de cuatro millones de euros a las arcas públicas.

Según la sentencia, desde el año 2005 Messi ocultó sus ingresos procedentes de derechos de imagen bajo una falsa cesión de los mismos a sociedades radicadas paraísos fiscales y por cantidades "ridículas". Respecto al argumento de la defensa sobre que Leo sólo se dedicaba a jugar al fútbol, la respuesta es contundente: "No puede errar aquel que no tiene interés en conocer".