Acaba de colgar las botas y, aunque ya no jugaba con su selección, su adiós ha coincidido con el mayor batacazo de la Azzurra de su historia reciente, su eliminación de la fase final del Mundial de Rusia.

A los 38 años, el talentoso transalpino Andrea Pirlo, que lució las camisetas de Inter, Milan y Juve entre otros, seguía ensayando así los lanzamientos de falta. Sorteando una barrera y una segunda portería para ajustar los balones a las escuadras. Un espectáculo.