En la ida de la final de la Libertadores Gremio, en su estadio, se adelantó a Lanús en el minuto 83 (1-0). A partir de ese momento, misteriosamente, los balones del perímetro del rectángulo de juego desaparecieron, pero Andrada, portero de Lanús, detectó que había uno escondido en un momento en el que se detuvo el juego. Saltó la valla y lo cogió, pero cuando el recogepelotas de esa zona del campo se percató fue a por el guardameta no se sabe bien con qué intención, aunque Andrada saltó rápido la valla para volver al campo y la cosa se quedó ahi.