Rondaba el minuto 84 de partido y el resultado marcaba el Aberdeen 0-2 Celtic. Los visitantes acababan de marcar el segundo tanto a pesar de contar sólo con 10 jugadores sobre el campo. Con todo a favor para prácticamente dar por concluído el partido, Scott Brown sacó su par de galones para demostrar a todo el mundo no sólo su dureza, sino también que hay otra manera de jugar a fútbol y encajar los golpes del rival más allá de fingir lesiones o rodar por el césped con ánimo de que el colegiado estime la expulsión de un rival. El capitán del Celtic recibió dos durísimas entradas y un balonazo, tras lo cuál reaccionó de la manera menos esperada. No te pierdas el vídeo.
