Ahora que nos han dejado descompuestos y sin Copa (del América) hay que centrarse al máximo en la única Copa verdadera, la que necesita urgentemente la ciudad, la Champions. Hay que alejar a los especuladores del Valencia, conseguir la estabilidad económica, el equilibrio social y renacer en los campos de fútbol. Esa debe ser el espíritu, el famoso de Units, aquel que pone por delante el sentimiento, porque el equipo vuelve a estar motivado. Las ganas exhibidas ayer por los de Emery en Old Trafford es de nota. Era un ensayo de verano, pero se vieron muchas cosas buenas, y algunas por rectificar, pero de eso se trataba. En cualquier caso, el trato que dispensó el Manchester a la expedición blanquinegra demuestra que lo único que vale en el fútbol es lo que pasa en el césped, y en eso el Valencia todavía es uno de los grandes conjuntos de Europa. Sería imperdonable tirar por la borda todo el prestigio labrado.

Hipótesis

Si Bertarelli y Ecclestone dedicaran el 0,05 por ciento de sus fortunas al VCF, los de Dalport serian insignificantes. Los tres elogian a Valencia, pero el suizo se acaba de llevar la Copa del América a los Emiratos Árabes. El inglés tiene pinta de pasar otra vez por caja antes de proponer alternar cada año las carreras con Montmeló. Y el uruguayo Víctor Vicente Bravo todavía no sabemos a qué a venido, ni nadie sabe como ha sido. Aunque aprovechando el interés, los tres podían acudir a la ampliación del Valencia, el evento contrastado de la ciudad de sus prodigios.

¡Ay, la brisa!

Ras al Jaima, el nuevo America´s Port (i ara que fem en els cartells de l´autovia?), es uno de los siete Emiratos Árabes Unidos y su soberano es el jeque Saqr bin Mohammad al-Qasimi. Y aunque los suizos sostienen que la brisa de allá en febrero es idéntica a la que aquí en verano, no se lo crea, los petrodólares han sido definitivos.