El pequeño Piatti ha despertado una gran expectación entre el valencianismo. Bienvenida sea la confianza que genera el argentino. Sus 163 centímetros están bien aprovechados, ya que puede pegarse a cualquiera de las bandas, con preferencia a la derecha, o encarar desde el centro, donde es mucho más letal. En el Valencia importa más su calidad de asistente que de goleador, porque para eso están Soldado, Aduriz y Jonas, principalmente, que la temporada pasada estaban fatalmente asistidos, así pues se mejora. Como todos los futbolistas de Argentina une a su apellido un apodo. Duende, Plumero, Pulga, Petiso o Pibito , en el caso de Piatti, pero ante tanta dispersión nos quedamos con el primero, que promete más, porque un Duende es un personaje fantástico con espíritu travieso y eso hace mucha falta para engañar a la defensa rival.

Bien

Aunque me dejo contagiar del efecto Piatti, algunas de las imágenes de ayer en Paterna son la mejor noticia de los últimos meses. La vuelta de Juan Sánchez primero y la reunión entre Unai Emery y Vicente Mir después. Un aire nuevo en la escuela blanquinegra. Es imprescindible el buen entendimiento entre el primer entrenador y el del filial. Algunos canteranos entrenarán con el vasco y jugarán en el Mestalla, así que los dos técnicos deben estar muy en sintonía. Una esperanza a la que se une el consabido acuerdo con el Alcoyano, que hará de puente entre ambos, gracias a su vuelta a la categoría de plata.

Mal

Entiendo al Valencia en el tema de Isco, si el jugador se niega a renovar, es porque tiene algo hecho (¿con el Málaga?) o desconfía del proyecto, y un canterano está para demostrar su valía y no para pulsos de estrellita emergente. Lo único que me parece fatal es la gestión del asunto. Tiene nombre y está a la vera de Llorente, como de todos los presidentes.

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