El Valencia es un equipo solvente. Paga a sus jugadores, cumple con Hacienda y los números cada día son más naranjas que rojos. Eso sirve de bien poco, pero en esta Liga de tramposos seríamos campeones. Esa honradez debe confirmarse en el campo y ahí las cosas pintan bien. Se fueron jugadores a los que les venía grande la camiseta blanquinegra y llegaron futbolistas con muchas ganas. Está demostrado que Mestalla es el escenario perfecto para peloteros con hambre. Rami, Alves, Parejo y Piatti tienen esa pinta. Rami viene de ganar el campeonato francés pero está encantado; vayan a Paterna para comprobarlo. A Alves se le cayó la baba en Gandia. Parejo está loco por entrenar y Piatti comprobó ayer en El Puig como es de agradecido el valencianismo.

Creído

Ese póquer de novedades es infinitamente mejor que los oscuros intereses de Isco por ser una estrella fugaz. Se irá al Málaga para cobrar más, veremos si juega, pero su tremendo feo deja unos milloncetes al Valencia que le vendrán de perlas. Ni una lágrima pues por un canterano engreído, que además faltó al respeto a la entidad que lo vio crecer.

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