Estoy de acuerdo con los que piensan que es difícil que Emery dé su brazo a torcer. Si no lo ha hecho en tres años y medio, es difícil que lo haga ahora, aunque sea más necesario que nunca. Sin embargo, si persiste en su tozudez dejaré de pensar que es un buen entrenador, porque en estos momentos, cuando sus intereses y los del Valencia son distintos, es cuando más debe saber quién le paga. Mientras él insiste en sus trece de presentar una defensa suicida, el club necesita ganar y sumar puntos para asegurarse la tercera plaza. Lo dije hace días, su cabezonería nos costará algún disgusto más.

Sonrojo

En estos momentos la diferencia entre los goles marcados (46) y los encajados (37) del Valencia es de nueve. Mientras que en el Madrid es de 73 y en el Barcelona de 64, lo que demuestra una vez más que el mejor ataque es una buena defensa, en contra de lo que sigue pensando Emery. Sorprende que todavía se resista a una autocrítica interna y externa, porque con distintos jugadores su defensa siempre ha sido un colador y los buenos equipos se construyen desde atrás.

Comparativa

Si esa regla de oro la hubiera tenido en cuenta el técnico, el Valencia no se hubiera dejado nada menos que 19 puntos en los últimos seis partidos en Mestalla, o sea que estaría con 67, a sólo cinco del Barcelona y a 20 del cuarto. Es decir, con la ´Champions´ directa amarrada y con la tranquilidad de planificar la próxima temporada desde la absoluta tranquilidad.

Súplica

Así las cosas, el valencianismo es un clamor para que Emery rectifique de una vez, haga caso al presidente y a los jugadores para cerrar los partidos y deje de empatar o perder un encuentro cuando se pone por delante, en casa o fuera de Mestalla. Desoír ese ruego se podría considerar como una falta de respeto gravísima.

Bochorno

Además, si no lo hace, se entenderá que el presidente y por defecto su asesor deportivo son incapaces de imponerse al entrenador, lo que dejaría en muy mal lugar a Llorente y Vázquez.

Salida

Amortizado Emery, el Valencia necesita deshacerse de seis jugadores como mínimo.