Tras el ejercicio de la prima de riesgo de anoche, con celebración de la Merkel incluida, la Eurocopa se pone interesante, porque cuando juegan once contra once, el resto es secundario. Me alegra que Portugal fuera la primera semifinalista, por muchas cosas, también por Pereira, al que todavía no hemos visto de blanquinegro, pero sobre todo por Cristiano. Vamos a ver situaciones impagables entre la gloriosa central lechera, si España derrota a Francia, porque muchos siguen confundiendo el Madrid con España. Las críticas a la Roja por jugar como el Barcelona o cuestionar la sola presencia de Silva son el preámbulo de lo que se avecina. Quedan avisados. Los griegos intentaron el milagro con un empate que metió un poco de miedo, pero la lógica futbolística se impuso.

Rival

Rami arrancó su primera temporada en el Valencia de manera espectacular. Su poderío en el eje de la zaga, su facilidad para incorporarse al ataque y sus goles de cabeza hacían presagiar que había central para rato, después de tantos interinos en Mestalla. Sin embargo, después de Navidad vimos todas sus lagunas de defensa autodidacta, recordando que se trata de un futbolista sin escuela de formación, o sea, de la calle. Aunque con Francia es más disciplinado y va a ser una muralla para el ataque español, con delantero puro o falso.

Del Bosque

No entiendo el discurso impuesto entre los futbolistas seleccionados. Desde hace décadas cada aficionado lleva un entrenador dentro, así que los inquilinos de los banquillos son la figura más expuesta del tinglado, y el Marqués no va a ser una excepción.

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