Dídac Vilà está llamado a hacer olvidar a Jordi Alba. Una papeleta fácil si pone el mismo empeño y confianza. Además viene con ánimo de despegar, tras su paso por el Milan. Pero la noticia vuelve a protagonizarla Éver Banega y ya van unas cuantas. Un nuevo accidente con su coche, aunque esta vez salió ileso, afortunadamente. El jugador del Valencia tiene muy mala suerte, pues comprarte un Ferrari y que un incendio deje el bólido para el desguace debe fastidiar bastante. Con el consiguiente despiste en medio del delicado proceso de recuperación de su grave lesión, causada por una maldita distracción con otro coche. Cuando llegaron los primeros indicios sobre el suceso, toda la redacción acertó el nombre antes de confirmarse. Ese es el problema, porque podía haberle sucedido a cualquier otro de la plantilla, pero no. Todo le pasa a Banega. No sé si la mala suerte existe, pero está muy claro que el argentino todavía necesita centrarse mucho.