Nani Roma fue el primero en abrir el camino para el motociclismo español con su triunfo en el Dakar en la edición de 2004. Marc Coma cogió el testigo en 2006 y forjó una leyenda con otros triunfos en 2009 y 2011. Y Carlos Sainz rompió la barrera que faltaba en la categoría de coches en 2010. Tres pilotos con un pasado e incluso un presente envidiable, pero ninguno con el futuro de Joan Barreda, un claro aspirante a campeón del Dakar que ya deslumbra con 28 años. Si Coma ganó su primer título con dos años más y al quinto intento, el de Torreblanca aún tiene margen para superar su registro a poco que las lesiones le respeten en las próximas ediciones. Y es que su caso es el más claro ejemplo de que aunque la experiencia vale su peso en oro y más en una prueba como el Dakar, con talento y ambición, se pueden acortar los pasos hasta el éxito.

Ejemplo de constancia

El que la sigue la consigue

Que los pilotos están hechos de otra pasta es cada vez más una evidencia y en el caso de Barreda no es una excepción. Ha superado graves lesiones y la tentación de dejarlo años atrás tras su salto del motocross al enduro. Llegó a pensar que no valía para correr y ahora es la sensación del Dakar, donde ha llegado prácticamente siendo un novato tras su corta aventura del pasado año, cuando se retiró antes de la tercera etapa. El que la sigue la consigue y no parará hasta tomar el testigo de Roma, Sainz o Marc Coma.

Mejora en navegación

Sin tanto que aprender

Un quad y su infinita ambición por acercarse a los mejores en su primer año en el Dakar le llevaron a abandonar en 2011 tras un accidente al intentar adelantarlo. Sólo pudo acumular dos etapas pero aprendió que el Dakar es una carrera de resistencia, aunque no merme su ambición. Detesta el conservadurismo de muchos de sus rivales y sabe que para ganar siempre hay que arriesgar en mayor o menor medida. Si no fuera así, no habría podido asomar la cabeza entre Despres y Marc Coma, ni habría podido empezar una etapa como la de ayer abriendo pista. Y hace bien en perderle el respeto en la carrera a quienes parecían dos titanes intocables. No se conforma con estar a su nivel, sino que quiere superarlos. Incluso quizá le falte menos por aprender de lo que parece, porque errores en navegación los tienen todos, aunque su maestro haya sido Jordi Arcarons. Y si no que se lo pregunten a Coma. De momento, ya se ha ganado entrar en las quinielas para 2013.