El fútbol lleva años debatiendo sobre la posibilidad de introducir la tecnología en apoyo a la labor arbitral, pero cuando aún no se ha conseguido dar el paso definitivo que inevitablemente llegará con el tiempo, el baloncesto, o mejor dicho, el Barcelona de Xavi Pascual, ha dado un paso más, por surrealista que parezca, al cuestionar hasta la decisión de los árbitros que revisan in situ las imágenes de una acción polémica y cambian una decisión, en este caso por la canasta de Doellman. Por si alguien pensaba que con la tecnología se acababa la polémica.

Pero más allá de la desconfianza en la televisión y en la honorabilidad de los árbitros, llama aún más la atención que el Barcelona anuncie a bombo y platillo la petición de imágenes a la ACB y la posible impugnación, cuando firmaron el acta arbitral sin problemas. Todo lo contrario que hizo el Valencia BC en un ‘Caso Slaughter’ en el que sí había razones objetivas para impugnar y en el que fueron coherentes al firmar bajo protesta.

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