Ella es la responsable de su positivo y así lo admitió en la rueda de prensa que dio el lunes en Los Ángeles. Un deportista no puede vivir al margen de la lista de sustancias prohibidas que se actualiza cada año y más si lleva diez años haciendo uso de un medicamento. Admite que no prestó atención a la carta que le enviaron con la nueva lista y ahora ha empezado a pagar por ello con la ruptura de algunos de sus millonarios contratos de patronicio y con la sanción de al menos dos años que le espera. Eso sí, ¿todo su séquito se va de rositas? Entre todos los que le rodean en el día a día cobran un millón de euros y ¿a nadie se le ocurrió echar un vistazo a la lista para evitar este escándalo?

Lea más opiniones de Jorge Valero, aquí