Ni siquiera la baja de Albelda tiene que influir en el ánimo del valencianismo. Afortunadamente, este escudo tiene bastantes murciélagos, muchos y muy buenos: Villa, Mata, Silva, Baraja, Pablo, Marchena, Alexis... Un equipo comprometido con la causa y que se ha propuesto conseguir un objetivo sí o sí, casi 6.000 en la lista de ´Units´ y los más de 50.000 que mañana tratarán de derribar un imposible como en apariencia puede ser ganar hoy en día al Barça. Más difícil era ganar cinco partidos seguidos y remontar nueve puntos al Sevilla y ahí están. Mañana, por fin, no hay nada que no sea fútbol, no hay complejos, nada hay que temer más que al Barcelona y a sus estrellas. No lo van a tener fácil para salir airosos de Mestalla y lo saben, como experimentaron hace poquito más de un año en aquella semifinal de Copa épica. Ellos eran favoritos, pero quien jugó la final fue el Valencia. La historia puede repetirse.

Penaltis

Por si a alguien se le ocurre sugerir que al Valencia le han pitado últimamente muchos penaltis a favor, basta recordar que la reacción de este equipo comenzó el día del Recreativo, en el que empató un partido jugando con diez por una expulsión muy rigurosa de Marchena. También que, una semana después, ganaron en Santander jugando con diez toda la segunda mitad por otra rigurosa -rigurosísima- expulsión de Alexis y después de ver cómo el árbitro castigaba al Valencia con un penalti en contra en el minuto 93, casualmente también bastante riguroso. Los penaltis hay que meterlos. Al Valencia no le han regalado nada los árbitros esta temporada, nadie le echó un cable cuando peor estaba, más bien todo lo contrario. Aquí los beneficiados siempre son otros.

Uno menos

De todos los rivales del Valencia por la Champions el más peligroso era el Atlético, el que tiene mejor calendario y además recibe a los de Emery en el Calderón. Pero además de estar bien, al Valencia se le caen los rivales y ayer el Atlético lo hizo con estrépito. Uno menos.