Cuando un entrenador pide muchos futbolistas de un equipo en el que estuvo anteriormente suele ser por dos cosas. Una, porque no sabe más. Otra, porque le interesa rodearse en el vestuario de una guardia pretoriana con futbolistas de su confianza y, sobre todo, agradecidos. También puede ser porque ese equipo tiene en sus filas muchas estrellas por descubrir, aunque no parece ser el caso que nos ocupa, lógicamente el Almería. No es discutible el empeño en Negredo, que además es la clave en la operación de Villa y el Madrid. Es un delantero importante que hace muchos goles, es joven y con nivel para el Valencia. Se puede hasta aceptar lo de Bruno, que no es tan joven pero sí un lateral poderoso que ha rendido a un buen nivel en primera. Pero aquí es donde habría que parar de contar, porque traer más jugadores del Almería, por más que se empeñe un entrenador, sería contraproducente con el proyecto que debe marcarse como objetivo el Valencia para la próxima temporada.

Las palabras de Villa tras el partido ante Irak son pocas pero admiten mil interpretaciones. En cualquier caso, tan respetable es que el Valencia quiera vender a Villa o se quiera quedar con Villa como que el futbolista se quiera ir o prefiera seguir en el Valencia. Por tanto, la cosa está como estaba, el Madrid lo quiere, el Barça lo desea, pero el Valencia resiste.