Llegó en enero en plena revolución Koeman y en pocas semanas evidenció que la coyuntura le venía grande. Hace poco más de un año Emery lo descartó sin verlo y se fue a buscar el cobijo del ´Kun´ Agüero en el Atlético, pero tampoco triunfó ni se hizo con un sitio en el equipo. Hace menos de una semana el Valencia había tomado la decisión de quedarse con él porque es lo que hay, aunque temían que al final el club se podía ver obligado a vender porque de los futbolistas razonablemente prescindibles es el que más ofertas podía tener para salir. Ahora, la lesión de Baraja puede convertir a Éver Banega en el eje del equipo para los próximos compromisos, que ya son de los de verdad, la eliminatoria previa de la Euroliga y el debut en la liga ante el Sevilla. Se acabaron, pues, las pruebas. Es la hora de despejar todas las dudas, porque lamentablemente las hay. Cualquier jugador de 21 años que lo tiene todo por hacer en el mundo del fútbol quisiera estar ahora en la piel de Banega para demostrar que apostar por él no ha sido un error.

Con los debidos respetos, tampoco deben tener los noruegos del Stabaek un medio centro mejor que Banega ni puede plantearse esta eliminatoria con temores ni complejos, con o sin Baraja. Su ausencia es un problema que el Valencia debería tener solucionada hace mucho tiempo, pero en la plantilla tiene que haber jugadores para solucionar esta papeleta y clasificar al equipo para la competición europea. Otra cosa será si lo de Baraja va para largo o se convierte en recurrente a lo largo de la temporada.