Para que todo hubiera sido perfecto faltó esa contra y ese tercer gol en la segunda parte que matara definitivamente el partido y evitase el sufrimiento de siempre, pero en el fútbol es imposible definir la perfección y mucho más llevarla a la práctica, porque la vida puede ser maravillosa pero no siempre lo es. Lo que vimos en la primera mitad posiblemente se acerque a esa idea y la jugada del segundo gol recuerda al mejor Valencia que aun conservamos en la memoria, vertical, espectacular, demoledor. Con eso, sumando el resultado, la participación de tantos futbolistas y la trayectoria del equipo en este inicio de curso es para estar de momento más que satisfechos. ¿Por qué no? Porque el Valencia tiene hasta suerte, aunque todo es según se mire. Suerte que ese balón al poste no entró porque tal como estaba el partido y con el camino que empezaba a tomar el Valencia hubiera complicado mucho las cosas, pero también hubiera sido mucha la suerte del Sporting de Gijón si llega entrar esa pelota que milagrosamente se salió. Era, si no fallan los cálculos, la primera ocasión de gol que le cedía el equipo de Emery cuando estaba por cumplirse una hora de partido. Porque de la segunda parte, ya con la garantía del 0-2, sobró casi todo. Hace un año al Valencia le hicieron un gol en Gijón por no saber dar dos pelotazos bien dados en el momento oportuno. Esa lección, visto lo visto, estaba ayer más que aprendida. Es evidente que hasta se llevó a la práctica en exceso, habrá que encontrar el punto de equilibrio.

Tranquilo, Mou

El Sporting es quizá el equipo que más lucha y más intensidad pone a lo largo de un partido, de ahí que resultara decisivo ponerle la anestesia en los primeros minutos con esos dos goles. ¡Qué manera de correr! Ya puede estar tranquilo Mourinho que con el Valencia no salieron a regalar nada sino a vender muy cara la piel, veremos qué pasa cuando los de Preciado se enfrenten al Real Madrid y qué dice el portugués cantamañanas si ese día el Sporting decide reservar a tres de sus futbolistas para otra batalla de las de su guerra.

A golpes con Aduriz

Ahora que vuelve a estar de moda proteger a determinados futbolistas, comprobamos que hay otros a los que por lo visto hay licencia para darles hasta en el carnet de conducir. Ese es Aduriz. Puede ser uno de los delanteros de la Liga que más patadas, codazos y empujones recibe y la mayoría de esas que los árbitros, no se sabe muy bien por qué, no pitan. Excelente la apuesta por dos puntas desde el inicio, no como recurso desesperado. Y la última, esta vez Bilic no le robó la cartera al VCF aunque ahí anduvo. Otra lección bien aprendida.