Unai avisaba que este partido tenía prioridad absoluta sobre el del próximo jueves y no le creímos del todo, pero iba en serio. Acertó. El equipo, más que descanso, necesitaba un resultado así para relajarse y segregar confianza interna y externa. Es un paso adelante en todos los aspectos porque el Valencia, después de cuatro eliminatorias de Copa seguidas, deja en evidencia a casi todos los rivales por la Liga de Campeones, especialmente a aquellos que sólo compiten de domingo en domingo. El nivel y la consistencia de algunos es para sonrojarse. No se puede caer en el error de que la Liga es un trámite y la tercera plaza está adjudicada, tiempo para estropearlo siempre hay y todavía queda mucho por delante, pero si este equipo no hace tonterías no tiene rival. Las pruebas son inequívocas.

Guaita

Un regreso justo y lógico

Hace semanas que estaba bien, pero el chico es tan silencioso que hasta habíamos olvidado quién es el portero titular del Valencia. Lejos quedan los tiempos del mal rollo, cuando un portero salía a reclamar públicamente lo que era suyo. Hasta hoy la portería ha funcionado sin exabruptos ni tensiones, cada uno ha aportado todo lo que tiene en su momento, y a partir de hoy no tiene por qué cambiar. El regreso de Guaita, además de justo, tiene su lógica pensando en el partido del Stoke City. Allí, el Valencia necesita al mejor de sus porteros en el juego aéreo y en ese aspecto no hay discusión. Tampoco es que en lo demás sea manifiestamente peor. Lo normal es que el jueves repita.

Europa league

De momento, segunda división

El estreno en la Europa League es un viaje a la Inglaterra profunda. Será un partido típico de la segunda división europea en la que ha caído el Valencia y que, con las debidas precauciones, no tendría que complicarse más de lo justo. Más que el rival, es el propio equipo de Unai Emery el que se lo puede complicar si no va con las ideas claras y se deja las dudas en casa. Juegue quien juegue.

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