Decía Unai —así lo manifestó en la entrevista concedida a SUPER después de eliminar al Sevilla— que para algunos jugadores había llegado el momento de dar un paso al frente. Porque la Copa es preciosa, pero ese desgaste extra no lo pueden asumir los doce o trece futbolistas que están llevando todo el peso de la temporada. A la hora de la verdad, el primer día en que era necesario dar un paso al frente, lo dieron hacia atrás. Las conclusiones de esa derrota ante la Real Sociedad no son fáciles de digerir. Ojalá no sea más que una mala noche, porque el Valencia en teoría tiene mucha mejor plantilla de lo que se está viendo y sobre todo de lo que vimos el último sábado. Con un precedente así de inquietante, Emery lo va a tener difícil a partir de ahora para actuar en consecuencia. Ya sabemos que Albelda, Soldado, Banega y Miguel, por nombrar a cuatro de los intocables, no lo van a poder jugar todo. Y ahora, mientras ellos no demuestren lo contrario, también sabemos que la aportación de quienes los sustituyen no vale para mantener un buen nivel de competencia.

Apuesta por la Copa

Diferencias en la Liga

Anunciaba Emery en esa misma entrevista que la Copa del Rey ha dejado de ser la tercera competición en orden de prioridad y ante la Real puso la teoría en práctica. Las rotaciones no fueron tanto por el partido del próximo jueves con el Levante como por el cansancio acumulado en la eliminatoria con el Sevilla, en cualquier caso no justifican ni la derrota ni el mal partido. Las consecuencias de esta apuesta se dejan notar ya en la clasificación de la Liga, en la que el equipo ha pasado en pocas semanas de poder colocarse a cuatro puntos del Madrid y luchar por el título a los 12 puntos que le separan ahora del líder. Y no ha terminado la primera vuelta. Es un alivio que, aun así, la tercera plaza parece asegurada.

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