Mientras uno se pasa la semanita en Lisboa y los otros con el ojo puesto en París, la gran cita es la de este sábado en Mestalla, porque un equipo que aspira a jugar la Liga de Campeones no se puede permitir una sola jornada más sin ganar. Es momento de recuperar esas buenas sensaciones de hace un par de meses y volver a llenar Mestalla de alegría, con o sin Rodrigo en el equipo. No tiene la culpa de ser jugador de Lim ni de que el entrenador le reserve un sitio pegado a la banda. Conviene que alguien haga algo para que los focos dejen de apuntar a Rodrigo, algo que no sea decidir que juegue siempre porque sí, o que se vaya al banquillo el día que mejor lo está haciendo, como el día del Barça. Rodrigo es más que un activo de un fondo de inversión. Es, como él se encarga de recordar a menudo, un jugador del Valencia CF, no de Lim, porque juega con la camiseta del Valencia y sus goles cuentan para el Valencia. Hay que protegerlo y apoyarlo. Como a Alcácer. Había en el club cierta seguridad de que le iban a quitar uno de los partidos. Estamos de enhorabuena, el Valencia no ganaba un recurso desde la época del Butano.